viernes, 31 de diciembre de 2010










LAGUNA EL SONADOR
Por: Ignacio Argudín Gutiérrez.
Ubicada al noroeste de la comunidad de Cinapan a escasos 5 Kilómetros de la carretera federal entrando por la comunidad de Tapalapan se encuentra una de las lagunas menos conocidas de los tuxtlas y por lo mismo menos visitadas, como la mayoría de los cuerpos de agua de la región son de origen volcánico con una circunferencia casi perfecta y una profundidad indeterminada, al pie de la montaña todavía se aprecia la belleza de la selva que se refleja en las aguas del sonador.
Una pequeña cascada que brota de la montaña y cae de la exuberante vegetación es quien surte de agua a la laguna rodeada todavía por la selva, ocasionalmente llegan a sus apacibles aguas manadas de monos aulladores a saciar su sed y alimentarse de los numerosos árboles que con sus frutos atraen a dichas manadas, incluso hay versiones de personas que tienen sus ranchos muy cerca de la laguna y cuentan que todavía han visto a algún jaguar llegar a la laguna a beber agua.
Acompañado de mi amigo Javier Capi Téllez y las hermanas Michelle, Alejandra y Gabriela Zamorano, nos dimos a la tarea de explorar los alrededores de el sonador, disfrutamos de caminar entre árboles centenarios, y vegetación selvática, el aroma de esos lugares es exquisito, el aire limpio y fresco, en un pequeño claro en la montaña posterior a la laguna almorzamos disfrutando del inigualable lugar.
La realidad absoluta es que desgraciadamente estamos perdiendo la mayoría de nuestras hermosas selvas, las autoridades como SAGARPA, SEDARPA ó a la que le corresponda salvaguardar nuestra área protegida no están cumpliendo con su trabajo no sé si será por omisión o se manejen otros intereses, la total apatía y desinterés en conservar nuestros entornos ecológicos ya empezaron a cobrarnos las facturas, esperemos que todos nosotros habitantes de la región despertemos y nos demos cuenta que nos están afectando antes de llegar al punto de no-retorno y tengamos que llorar la irreparable pérdida de nuestras selvas con las consecuencias que ello conlleve.

Mientras tanto seguimos EXPLORANDO LOS TUXTLAS.

lunes, 1 de noviembre de 2010

CASCADA COLA DE CABALLO








CASCADA COLA DE CABALLO



Por Francisco Javier Capi Téllez

En una nublada mañana de domingo, muy temprano nos dirigimos el MVZ Octavio Ponce Cadena, Ignacio Argudín Gutiérrez, las jóvenes hermanas Michel y Alejandra Zamorano, así como un servidor, con dirección al paradisiaco municipio de Catemaco, con la firme intención de conocer la famosa cascada “Cola de Caballo”, la cual se encuentra cerca del ejido Miguel Hidalgo en las colinas de la Sierra de Santa Martha, a seis kilómetros de Tebanca, entrando por la carretera noreste del turístico municipio de Catemaco, Veracruz.
Para acceder a ella caminamos alrededor de dos horas por caminos selváticos un tanto accidentados debido a las lluvias propias de la temporada, pero eso sí, respirando el aire fresco y disfrutando en el camino de naranjales que ayudaban a mantenernos bien hidratos y de fácil acceso para nosotros, ya que se encontraban en abundancia en el camino y sólo hacía falta levantar la mano para hacernos de sus frutos, regalo de la naturaleza.
Después de avanzar por el camino nos encontramos con el río cuya desembocadura forma la cascada, donde aprovechamos para refrescarnos después del agotador camino, así como para darnos un ligero chapuzón.
Pero aún nos esperaba lo mejor, ya que una vez llegamos a la orilla de la cascada pudimos contemplar la magnificencia de la misma, de esa caída de agua tan impresionante de aproximadamente 40 metros de altura, que forma un pequeño lago de color verde turquesa, así como de la inigualable sensación de la brisa fresca veraniega que acariciaba nuestra piel y excitaba nuestros sentidos.
No pudimos quedarnos con las ganas de subir por las resbalosas piedras que se encontraban desafiantes alrededor de la cascada, para así poder acercarnos y colocarnos por debajo de la misma, de modo que acabamos completamente empapados pero felices por la aventura.
De este modo nos despedimos de la cascada Cola de Caballo, no sin antes prometer volver y así seguir
¡EXPLORANDO LOS TUXTLAS!

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL TULAR

ARBOL DE ABASBABI ENDEMICO DE LA REGION DE LOS TUXTLAS Y EN PELIGRO DE EXTINCION
CHORRO DE AGUA EN EL NACIMIENTO
LAS VIVORAS.

*EL TULAR
Por Ignacio Argudín Gutiérrez
Miércoles 8 de Septiembre, después de varios días de lluvias intensas en la región, que nos han tenido sin dejarnos salir, por fin una pausa…, el cielo completamente despejado en este momento, muy temprano por la mañana el MVZ Octavio Ponce Cadena, El Lic. Javier Capi Tèllez y un servidor partimos hacia lo que es el principal proveedor de agua potable de la ciudad de San Andrés Tuxtla,” San Simón”. Después de caminar más de 2 horas subiendo cuestas muy empinadas como son las de Tonalapan, las primeras horas de la mañana son un deleite el aire fresco del campo, el olor a jobo que se encuentra generosamente regado al pie de los arboles al paso del camino, todavía brumosa la mañana no se presta muy bien para la fotografía pero promete ser un día espléndido.
Después de la vigorosa subida se vislumbra el valle hacia donde nos dirigimos uno de los lugares privilegiados por contar, con varios arroyos de aguas cristalinas, el camino de terracería casi totalmente sombreado por arboles que refrescan el paso del caminante que transitan por ese lugar entre el canto de los pájaros y el vuelo de miles de mariposas multicolores, tengo el deseo incumplido de poder transmitirles los olores y sensaciones de estos lugares tocados por la mano del Creador pero eso es imposible así que tendrán que imaginarlo, después de caminar otra hora más por fin llegamos a “ El Nacimiento de Las Víboras” lugar nombrado así porque cuando se construyeron los tanques de almacenamiento de agua en esta parte de selva habían numerosas víboras de las llamadas “sordas”(NAHUYACA) que son particularmente violentas y extremadamente venenosas, pero el lugar es verdaderamente un paraíso en la tierra, los chorros de agua que caen nacen en las paredes de cantera y se precipitan hacia el vacio formando un velo de roció al caer en la selva y perderse entre los intrincados laberintos de la verde vegetación.
Nos deleitamos bebiendo el cristalino líquido que brota ante nuestros ojos de las entrañas de la tierra, tan fría como si saliera de la nevera con un suave gusto ácido por los minerales que contiene pero tan refrescante, después nuestro amigo el médico Tavo Ponce se dedica a recolectar algunas plantas medicinales que él conoce ya que tiene un diplomado en medicina tradicional indígena y sabe de ello, descansamos un momento en el lugar y posteriormente proseguimos nuestro camino hacia el Tular.
Ya con las botellas llenas agua llegamos al cruce del Rio El Tular donde un viejo árbol caído nos sirvió de puente para cruzar al otro extremo, en la rivera del río abunda un tubérculo endémico de nuestra región llamado Malanga, también llamado la papa de los pobres, totalmente exquisito, las señoras mayores solían guisar esta raíz en diferentes formas, desde frita, en croquetas hasta en atole, pero no es lo único que este generoso lugar tenía para nosotros, la abundancia de agua en este valle hace fructificar las siembras de cacahuate, maíz, frijol, y acuáticas como el berro, así como frutales como naranja criolla y mandarina, y fue una satisfacción absoluta encontrar un gigante de por lo menos 50 m de altura, me refiero a un Arbol de Abasbabi que es una fruta endémica en vías de extinción ya que es muy difícil encontrarla pero que aquí hay varios ejemplares todavía, continuamos por la rivera del río hasta llegar hasta el nacimiento mismo del río El Tular, donde se cuenta la leyenda que en días particularmente cálidos en algunas raras ocasiones se veía al dios Ocelot bajar de la montaña y sumergirse en estas cristalinas aguas.
También por las noches con la luna de plata bañando el valle se podían oír las risas de los chaneques chapaleando en las orillas del rio, después de explorar los alrededores no pudimos dejar de notar que en el lugar hubieron asentamientos humanos mismos de los cuales no hay registro pero si hay numerosos fragmentos de cerámica y obsidiana las cuales fotografiamos de inmediato , indiscutiblemente en el lugar hay mucho que ver pero por el momento nosotros regresamos a la ciudad, pero sin duda los invitamos a seguir
EXPLORANDO LOS TUXTLAS.

viernes, 27 de agosto de 2010

MADERO Y SAN LEOPOLDO





















MADERO Y SAN LEOPOLDO
Por Ignacio Argudín Gutiérrez.
Después de visitar la comunidad de Francisco I. Madero, municipio de Santiago Tuxtla, ya que gente del lugar nos llevo a un montículo en un potrero que tiene una curiosa forma escalonada que sugiere tal vez alguna estructura piramidal con una plazuela entre otros montículos y debido a que en el lugar han hecho hallazgos de algunas piezas prehispánicas y a la existencia de cantidades significativas de tepalcate y obsidiana, mismas que se encuentran en posesión de lugareños y después de tomar registro fotográfico del lugar en cuestión y despedirnos de los amigos que nos invitaron al lugar, familiares de mi amigo Abundio Polito Merlín, nos dispusimos a retornar por la antigua vía del ferrocarril, pasando por el puente de Mazuniapan hasta salir a la comunidad de Tilapan.
En Tilapan no tomamos por la carretera estatal a San Andrés Tuxtla sino que seguimos el camino de la antigua vía cruzando por lugares como Ahuacapan, llegamos a San Leopoldo, lugar afamado por los acontecimientos que ahí se suscitaron hace ya algunos años, sucede que en dicha comunidad según nos narraron algunos lugareños un grupo de adolecentes sufrieron de una muy rara condición sicosomática o en realidad como lo llamaran otras personas más creyentes “posesiones demoniacas”.
Nos comentaron que todo empezó por que un joven que en aquella época cursaba la educación secundaria, con la curiosidad que caracteriza a los seres humanos subía a un cerro que antiguamente se consideraba centro ceremonial, según nos cuentan en este cerro se han hecho hallazgos de figurillas de barro, silbatos y otras piezas de cerámica, y ya en la cima donde hay muchas formaciones rocosas en forma de plataformas con algunos receptáculos naturales, efectuaba rituales y lectura de libros de magia, fue entonces que fue poseído por el demonio.
Ya en ese estado de posesión invitaba a algunos de sus compañeros que por la curiosidad lo acompañaron corriendo con la misma suerte, se cuenta que las transfiguraciones faciales de estos muchachos eran horribles, que agredían a las personas que se cruzaban con ellos y blasfemaban constantemente, que llegado el medio día se sumergía en las aguas del arrollo que cruza por esta comunidad y que solo sobresalían las cabezas de dichos personajes ya que sentían quemarse y solo el agua del rio los confortaba, cuentan que era un espectáculo macabro, muchas veces los lugareños trataban de contenerlos pero la fuerza de ellos era inmensa ya que ni varios hombres físicamente competentes tenían la fuerza para someterlos, además saltaban alturas asombrosas.
Tomando en cuenta todos los sucesos ocurridos la comunidad católica del lugar solicito un exorcismo, mismo que fue efectuado por un sacerdote italiano, según me relatan en la altura del cerro fueron expulsados 7 demonios y los jóvenes fueron liberados.
Ahora estoy parado en el camino de terracería frente a mí se observa el camino hacia la cima del cerro y dejamos las motocicletas estacionadas a un costado del paso. La vista es verdaderamente hermosa aun que no es un día soleado, subimos entre el verdor del pasto llegando a la cima del cerro a media altura las formaciones rocosas que coronan el cerro tienen la apariencia que son construcciones hechas por manos humanas pero no es así, pues llegamos a una planicie y pasamos a la parte donde están las plataformas y debo decirles que se domina todo el valle desde ahí, y es una hermosa vista, definitivamente este lugar es algo especial, después de tomar diversas fotografías del sitio y de explorar el rededor de las formaciones descendimos, tomando en cuenta que nuestra región no solamente es rica en recursos naturales sino que es mágica, mística y misteriosa ya que definitivamente se siente la energía del lugar, mientras tanto nosotros seguimos EXPLORANDO LOS TUXTLAS.

ignacioargudin@hotmail.com.
Explorandolostuxtlasblogspot.com

lunes, 26 de julio de 2010

LA CUEVA DEL JAGUAR







Por Ignacio Argudín Gutiérrez



Ubicada a 10 kilómetros de la ciudad de San Andrés Tuxtla, tomando el camino a la encantada se encuentra la comunidad “Ruíz Cortines”, al noreste del volcán de San Martín, básicamente la gente que ahí vive se dedican a la agricultura y la ganadería y el eco- turismo, rodeada de selva en pleno corazón de la reserva de la biosfera con una ubicación privilegiada siendo cruce de caminos, pues desde ahí se puede tomar hacia el este a la comunidad de Cuauhtémoc y salir a la ciudad de Catemaco o al noreste a la comunidad llamada la perla de san Martín y salir a Dos Amates a la carretera que lleva a las hermosas playas tuxtlacas, o incluso al oeste en paralelo a la espalda del volcán y salir a la nueva victoria también zona de playas, y la nueva carretera que está en construcción que llevará en minutos al paseante hacia las playas y cascadas de los órganos.
Esta última actividad que lleva acabo la gente que vive ahí, la practican ofreciendo al visitante hospedaje en cabañas rusticas, comidas en restaurantes tipo rustico muy de acuerdo con el agreste entorno, donde puede disfrutar de platillos típicos de la región, así como contratar a un guía para visitar la Cueva del Jaguar, una de las muchas que hay en nuestra región de muy fácil acceso, si viajan en camioneta se puede llegar ahí sin ningún problema pero, les recomiendo hacer el recorrido a pie son aproximadamente dos kilómetros de terracería flanqueado por grandes árboles que sombrean el paso, entre canto de aves y olor a selva, con la paz y tranquilidad que da la naturaleza, al llegar a el entronque hay un letrero que señala la dirección hacia la cueva de ahí en adelante solo una pequeña vereda entre la selva, que deben seguir con la precaución necesaria y a cien metros ante sus ojos una abertura en el suelo que es el traga luz natural en el techo de la cueva, sin ningún problema pero con precaución puede el visitante ingresar a la cámara principal por donde se filtra la luz haciendo efectos muy apreciables para los que disfrutamos de la fotografía algunas filtraciones de de agua apenas algunas gotas caen del techo hacen un espectáculo visual, la cueva sigue en su profunda trayectoria, pero nosotros hasta aquí llegamos.
Es triste pensar que en nuestra región ya solo queda el 10% del las selvas y montes que habían, en los últimos cincuenta años hemos acabado con casi todo lo que nos queda ¿Para cuándo se pensara hacer algo de verdad a favor de la naturaleza?, ¿se irán a rescatar las selvas y bosques cuando ya no haya nada que rescatar?, en fin, yo por lo pronto aprovecho y por el momento sigo
EXPLORANDO LOS TUXTLAS.

martes, 18 de mayo de 2010

SAN MARTIN ENTRE LA NIEBLA







Por Ignacio Argudín Gutiérrez



Son las 5 de la mañana, hoy un día particularmente frio y ¿por qué no? Hoy es 23 de Diciembre, espero sentado en el hemiciclo a Juárez justo en el centro de San Andrés Tuxtla, las actividades cotidianas todavía no inician, reviso nuevamente mi mochila, llevo 3 litros de agua, 4 sándwich, y alguna golosina, algunos analgésicos, mi navaja y mi machete, y definitivamente mi cámara fotográfica.
A lo lejos veo el vehiculó que se acerca y sí, son los amigos que me contrataron para guiarlos hacia el cráter del volcán de San Martín ellos son de una importante editorial de la capital del estado quienes quieren conocer el lugar para hacer un articulo eco-turístico sobre nuestra región, ellos son Salvador quien es director de la revista turística, y Bulmaro el fotógrafo, después de presentarnos porque solo nos conocíamos por medio de la red iniciamos nuestro recorrido hacia nuestro destino, el titepel.
Mientras avanzábamos Salvador me comentó que aquí en nuestra región hay más de 300 conos volcánicos, y 7 volcanes activos y que el más importante y representativo resultaba ser el San Martín, por eso el interés en conocerlo, me cuentan de sus experiencias en la ascensión a otras cumbres mayores como son el Cofre de Perote y El Pico de Orizaba, al comentar que nuestro San Martin solo tenía 1680m. sobre el nivel del mar ellos sonrieron y comentaron que sería fácil, no obstante que su equipo era cuantioso traían varias cámaras fotográficas entre ellas una cámara 180º para tomas panorámicas, impresionante.
A esa hora está totalmente oscuro, subimos tomando la carretera al ejido Ruiz Cortinez, cuando tomamos la terracería las primeras luces del amanecer teñían de colores el horizonte contrastando con las intensas sombras de las montañas y los arboles, escenas que no podían pasar desapercibidas a nuestros visitantes quienes se dieron gusto accionando sus equipos fotográficos, pero hacia el Norte donde estaba nuestro objetivo apenas si se distinguía el volcán entre neblina y penumbra, avanzamos penosamente en el vehículo hasta donde fue posible, que ciertamente fue en el ultimo rancho, como un kilómetro antes del volcán el resto del trayecto lo recorrimos a pie.
Mis nuevos amigos no pudieron ocultar su decepción al contemplar la innegable, evidente y brutal deforestación, más aún las grandes extensiones de terrenos que ya son sólo pastizales donde debió ser selva, bosque, acahual. Solo algunas islas de vegetación muy separadas entre sí, una llovizna muy leve nos sorprendió justo en la selva baja justo a los pies de su señor San Martín, ya clareaba pero la neblina era tan espesa que casi se podía cortar más aún el frio era intenso pero la caminata nos hacía no sentirlo tanto, justo ahí en la entrada de la selva les di las últimas recomendaciones como fijarse muy bien donde pone las manos y donde pisan, atención absoluta que se convirtió en admiración al ver las dimensiones de los arboles que afortunadamente todavía existen en el volcán, un verdadero espectáculo las luz matinal cruzando por entre el dosel de los gigantes atravesando la neblina y la llovizna, imágenes dignas de postales.
Ajustando la fotometría de las cámaras por el alto contraste del lugar mis acompañantes y yo nos dimos a la tarea de capturar las imágenes de esos antiquísimos arboles, entre concierto de clarines y otras aves que hacían el ambiente único e inigualable, el entorno totalmente húmedo pero poco o casi nada de lodo en la vereda cubierta casi totalmente por hojarasca y por la vegetación ya que casi en esas fechas nadie sube por ahí.
Después de una larga caminata llegamos al segundo parador o “los tubos” lugar que se encuentra a la mitad del volcán donde acostumbro a descansar un poco antes de iniciar la escalada más dura ya que la inclinación de ahí en adelante es de más de 45º y les diré que desayunamos plácidamente, pregunte a mis acompañantes que como se sentían porque de ahí en adelante el terreno nos exigiría más, y sonrientes y entre bromas me contestaron que este era un volcancito y estaban muy bien.
Después de un gran esfuerzo físico que demandó la travesía siguiente llegamos al fin a la cresta, debo decir que la cima del volcán está cubierta por arboles un poco más pequeños pero que no permiten las panorámicas, pero eso no nos detuvo y encontramos un mirador hacia el norte justo en la orilla de un precipicio de más de 300 mts. Que delimita el tan ansiado cráter y que tiene una vista hermosa donde se distingue la línea costera y hacia abajo la laguna del majahual y toda las llanuras cañeras, desde aquí las demás elevaciones se ven ínfimas.
Después de bajar hacia el cráter tomar las fotografías del lugar y conocer el arrayanal mis amigos me confesaron, que estaban exhaustos y dieron sus respetos a nuestro enorme Titepel.
Debo reconocer que son unos profesionales y su artículo sobre el San Martín fue esplendido y fue publicado el mes de enero en la revista turística Ver Veracruz del grupo editorial AZ., Salvador me comento que tenían en proyecto visitar la sierra de Santa Martha y el San Martín Pajapan pero esa… será otra historia.