sábado, 11 de septiembre de 2010

EL TULAR

ARBOL DE ABASBABI ENDEMICO DE LA REGION DE LOS TUXTLAS Y EN PELIGRO DE EXTINCION
CHORRO DE AGUA EN EL NACIMIENTO
LAS VIVORAS.

*EL TULAR
Por Ignacio Argudín Gutiérrez
Miércoles 8 de Septiembre, después de varios días de lluvias intensas en la región, que nos han tenido sin dejarnos salir, por fin una pausa…, el cielo completamente despejado en este momento, muy temprano por la mañana el MVZ Octavio Ponce Cadena, El Lic. Javier Capi Tèllez y un servidor partimos hacia lo que es el principal proveedor de agua potable de la ciudad de San Andrés Tuxtla,” San Simón”. Después de caminar más de 2 horas subiendo cuestas muy empinadas como son las de Tonalapan, las primeras horas de la mañana son un deleite el aire fresco del campo, el olor a jobo que se encuentra generosamente regado al pie de los arboles al paso del camino, todavía brumosa la mañana no se presta muy bien para la fotografía pero promete ser un día espléndido.
Después de la vigorosa subida se vislumbra el valle hacia donde nos dirigimos uno de los lugares privilegiados por contar, con varios arroyos de aguas cristalinas, el camino de terracería casi totalmente sombreado por arboles que refrescan el paso del caminante que transitan por ese lugar entre el canto de los pájaros y el vuelo de miles de mariposas multicolores, tengo el deseo incumplido de poder transmitirles los olores y sensaciones de estos lugares tocados por la mano del Creador pero eso es imposible así que tendrán que imaginarlo, después de caminar otra hora más por fin llegamos a “ El Nacimiento de Las Víboras” lugar nombrado así porque cuando se construyeron los tanques de almacenamiento de agua en esta parte de selva habían numerosas víboras de las llamadas “sordas”(NAHUYACA) que son particularmente violentas y extremadamente venenosas, pero el lugar es verdaderamente un paraíso en la tierra, los chorros de agua que caen nacen en las paredes de cantera y se precipitan hacia el vacio formando un velo de roció al caer en la selva y perderse entre los intrincados laberintos de la verde vegetación.
Nos deleitamos bebiendo el cristalino líquido que brota ante nuestros ojos de las entrañas de la tierra, tan fría como si saliera de la nevera con un suave gusto ácido por los minerales que contiene pero tan refrescante, después nuestro amigo el médico Tavo Ponce se dedica a recolectar algunas plantas medicinales que él conoce ya que tiene un diplomado en medicina tradicional indígena y sabe de ello, descansamos un momento en el lugar y posteriormente proseguimos nuestro camino hacia el Tular.
Ya con las botellas llenas agua llegamos al cruce del Rio El Tular donde un viejo árbol caído nos sirvió de puente para cruzar al otro extremo, en la rivera del río abunda un tubérculo endémico de nuestra región llamado Malanga, también llamado la papa de los pobres, totalmente exquisito, las señoras mayores solían guisar esta raíz en diferentes formas, desde frita, en croquetas hasta en atole, pero no es lo único que este generoso lugar tenía para nosotros, la abundancia de agua en este valle hace fructificar las siembras de cacahuate, maíz, frijol, y acuáticas como el berro, así como frutales como naranja criolla y mandarina, y fue una satisfacción absoluta encontrar un gigante de por lo menos 50 m de altura, me refiero a un Arbol de Abasbabi que es una fruta endémica en vías de extinción ya que es muy difícil encontrarla pero que aquí hay varios ejemplares todavía, continuamos por la rivera del río hasta llegar hasta el nacimiento mismo del río El Tular, donde se cuenta la leyenda que en días particularmente cálidos en algunas raras ocasiones se veía al dios Ocelot bajar de la montaña y sumergirse en estas cristalinas aguas.
También por las noches con la luna de plata bañando el valle se podían oír las risas de los chaneques chapaleando en las orillas del rio, después de explorar los alrededores no pudimos dejar de notar que en el lugar hubieron asentamientos humanos mismos de los cuales no hay registro pero si hay numerosos fragmentos de cerámica y obsidiana las cuales fotografiamos de inmediato , indiscutiblemente en el lugar hay mucho que ver pero por el momento nosotros regresamos a la ciudad, pero sin duda los invitamos a seguir
EXPLORANDO LOS TUXTLAS.